- Publicación: 9 noviembre 2011
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La Alhambra filmada
El historiador Carlos Martín ultima el corpus audiovisual de los palacios nazaríes.
El historiador del Cine Carlos Martín lleva más de tres años inmerso en la Alhambra filmada, en la búsqueda de cualquier registro audiovisual en el que aparezca la imagen de la ciudad-fortaleza nazarí. El monumento, como en otros muchos aspectos, siempre esconde aspectos por descubrir. «Llevamos investigando desde el año 2006 y han sido años de trabajo y búsqueda en filmotecas, colecciones particulares y archivos de todo tipo», comenta el especialista.
El resultado de este trabajo, un auténtico corpus audiovisual de la Alhambra, será publicado en un libro cuyo autor es Carlos Martín. El catálogo visual de los palacios nazaríes va a la zaga de la misma historia del cinematógrafo.
Las primeras imágenes de la Alhambra datan de 1905 y pertenecen al género del documental, cuando los operadores de la joven productora Pathé toman las primeras imágenes en movimiento del recinto, siguiendo esa obsesión del cine primitivo por la plasmación cinematográfica de «lugares característicos». Estas imágenes han sido encontradas en el Archivo Pathé de París e incluidas en esta memoria visual alhambreña. Carlos Martín indica que los hermanos Lumiére, considerados los inventores del cinematógrafo, estuvieron en Granada con su ‘linterna mágica’, «y es muy probable que grabaran imágenes del recinto monumental, pero no han sido encontradas». No obstante, Martín y otros investigadores se encuentran tras estos perdidos documentos.
Desde los comienzos del cine, los cientos de rollos de película que mantienen impresa la imagen de la ciudad palatina en celuloide han permanecido repartidas en filmotecas de todo el mundo. Mediante el proyecto Memoria Audiovisual de la Alhambra, el Patronato, está recuperando todo este corpus fílmico para poner al servicio de los investigadores y el público esta memoria en movimiento.
Otras de las primeras imágenes de la Alhambra fueron tomadas en 1905 por uno de los equipos de la productora Gaumont, y por la primera directora de la historia del cine, la francesa Alice Guy. «Las productoras tenían la costumbre de viajar con un equipo de operadores que recogían lo más representativo de cada lugar», comenta Martín. ‘ Espagne’ (1905) es indudablemente una de las mejores películas de Alice Guy, notable en particular por su uso de la panorámica, según los historiadores y especialistas en su obra. Además, Alice Guy fue pionera en el cine de ficción y en incorporar todo tipo de efectos especiales y trucos en sus películas.
La francesa no fue la primera en rodar una película de ficción en la Alhambra sino su paisano Gérard Bourgeois, pionero en introducir una cámara en los palacios nazaríes en el año 1916 para grabar ‘La vida de Cristóbal Colón’.
Carlos Martín señala diferentes géneros audiovisuales o miradas del cine a lo largo de la historia que se han posado sobre las estancias alhambreñas. «Una de las miradas se refiere a la Alhambra como escenario orientalista, películas en las que aparece para ambientar ciudades como Bagdad, Damasco o Marruecos», indica el especialista. Un ejemplo de filmes de este corte serían ‘Decameron night’, ‘Tres historias de amor’ (con Joan Fontaine) y ‘Simbad y la princesa’, entre otras. Son filmes señalados por la fascinación romántica y orientalista por la Alhambra en el siglo XIX, que tuvo su continuación natural en el cine de Hollywood, «que convertido los palacios nazaríes en la corte del Bagdad de ‘Las mil y una noches’.
El estudio de los filmes que tienen un telón de fondo alhambreño descubre a Carlos Martín un conjunto monumental cuya imagen está conformada por el folklore, la comedia y también el flamenco. «En la actualidad se asocia folklore y Alhambra gracias a decenas de películas en las que el conjunto ha servido como decorado natural para el lucimiento de un artista», indica el experto. Entre estas películas y protagonistas se encuentran: Carmen Sevilla en ‘Violetas Imperiales’ (Richard Pottier, 1952) y ‘Cuentos de la Alhambra’ (Florián Rey, 1950), Manolo Escobar en la segunda versión de ‘Todo es posible en Granada’ (Rafael Romero Marchent, 1982), Carmen Amaya en ‘María de la O’ (Francisco Elías, 1939) o, más recientemente, Enrique Morente acompañado de colaboradores como Pat Metheny o Ute Lemper en ‘Morente sueña la Alhambra’ (José Sánchez Montes, 2004). «Este sesgo musical -añade Martín- se ha mantenido en los rodajes, a veces comercializados, de actuaciones en el Festival de Música y Danza o en videoclips como ‘Take this waltz’ de Leonard Cohen».
Una de las rarezas inclasificables para el historiador es ‘Rocío y los detonadores’ (1972), un programa especial para TVE dedicado a la chipionera que fue dirigido y escrito por Fernando García Tola. Se trata de un filme de ciencia ficción sobre una cantante cuya voz puede desencadenar reacciones atómicas, y es secuestrada y encerrada en la Alhambra por los ‘detonadores’. «La película es la primera que muestra al conjunto nazarí como un escenario de ciencia ficción, futurista, y es todo un descubrimiento por la mezcla entre el flamenco y la vanguardia», explica Carlos Martín.
Uno de los filmes más destacados por Carlos Martín, al que considera una auténtica joya, «el que relaciona el cine con la arquitectura de la Alhambra» es el realizado por otro primitivo del cine como Marcel l’Herbier, quien en 1921 rodó una de las obras maestras del cine francés, ‘El Dorado’, con el conjunto monumental como escenario de un melodrama entre el impresionismo cinematográfico y un incipiente cine folclórico.
El más innovador de la filmografía realizada en la Alhambra es el granadino José Val del Omar (Granada, 1904-Madrid, 1982), en especial ‘Aguaespejo granadino’ (1953), donde la Alhambra se pone al servicio de sus experimentaciones con el cine sensorial y poético. «Val del Omar fue más allá que otros directores, porque estudió la luz, el movimiento y la escenografía, el arte islámico y lo tradujo en imágenes para sus creaciones», opina el historiador del cine.
Otros filmes inclasificables han traído hasta la Alhambra a figuras como Yves Montand y Louis de Funes (en la comedia ‘Delirios de grandeza’, Gérard Oury, 1971), Carmelo Gómez en la escena decisiva de ‘Días contados’ (Imanol Uribe, 1994) o Juliette Binoche, que anuncia su embarazo a su compañero durante la visita a la Alhambra de ‘Alice y Martin’ (André Techiné, 1998).
Uno de los detalles que aprecia Martín en su investigación es el hecho de que la Alhambra «aparece en las películas como un elemento femenino, porque la Alhambra habla como si fuera una mujer en la película protagonizada por Binoche».
«Junto a la ficción contamos con el filón del cine documental, en especial el repertorio de NODO, que nos muestra el carácter diplomático con visitas de Franco, Eva Perón y Muhammad V a la Alhambra, y multifuncional del recinto, donde están los conciertos, pases de modelos y publicidad), así como la evolución del turismo y de los criterios de conservación en el conjunto monumental», señala Martín.
En este apartado documental se encuentran filmaciones privadas repartidas por diferentes centros documentales, como una grabación de los palacios fechada en 1920 e imágenes de 1940, «que muestran el estado del monumento en plena posguerra».
Fuente: Ideal.es